Alemania y Francia: las antípodas de la
eurozona
Alemania y Francia |
Si Alemania dice estabilidad, Francia piensa en
austeridad; si Francia apuesta por el crecimiento, para Alemania significa
deuda. Ambos países no se entienden, pero juntos deben consolidar el euro.
Alemania y Francia apenas tienen nada en común
en política económica, fiscal y monetaria. Antes del euro, Francia era un país
típico de divisas blandas que no temía a la deuda pública ni a la inflación.
Alemania, en cambio, impulsada por el pánico a la inflación, elevó
repetidamente los tipos de interés. El problema es que ambos países decidieron
compartir una moneda común: el euro, como si fuese un proyecto pacífico.
Una oportunidad única
El expresidente francés Francois Mitterrand
aprovechó la oportunidad de la reunificación alemana para deshacerse del odiado
marco alemán de una vez por todas. Sin embargo, luego todo resultó ser de
manera diferente a como Francia lo había ideado. Los desequilibrios en la
eurozona fueron mayores que nunca, y el predominio de Alemania, también. Esto,
por supuesto, tuvo que ver con la crisis del euro, en la que la reforma del
mercado laboral alemán, la "Agenda 2010" bajo Gerhard Schröder, fue
desde luego responsable, dice Guillaume Duval, editor en jefe de Alternatives
Économiques, en el marco de una conferencia en la Academia Evangélica
Loccum. La restricción salarial conllevó una baja inflación en Alemania,
lo que hizo que fuese imposible para el Banco Central Europeo (BCE)
reducir los tipos de interés antes de 2008. "Habría sido
necesaria una bajada de los tipos de interés para evitar la gran
deuda en España, Irlanda, etc", añade.
¿Ha hecho Alemania reformas de manera saludable
a expensas de otros? ¿Se ha comportado Alemania de manera incluso antisocial?
"Creo que la Agenda 2010 no se hizo con miras a otros países, sino con
respecto a las necesidades en Alemania", dice a DW Torsten Windels,
economista jefe del Norddeutsche Landesbank. "Se quería aumentar la
productividad, disminuir el alto desempleo y las bajas tasas de
crecimiento", continua Windels. El economista alemán, sin embargo, admite
que Schroeder fue demasiado lejos con el nivel de los recortes.
Un culpable
Así que el Gobierno alemán no solo exigió mucho
a su propio país, sino también a otros para que llevaran a cabo reformas
estructurales dolorosas, incluso durante la crisis financiera y la posterior
recesión. "Si se ahorra en la recesión y la deflación, entonces la deuda
será aún mayor. Ese ha sido el caso en Grecia y también en Italia", dice
Guillaume Duval.
Entonces, ¿Alemania también es responsable del
desastre en Italia? El economista alemán responde cautelosamente: "Por
supuesto, el corsé fiscal impuesto por Berlín a través de
Bruselas no es útil y con una deuda nacional del 130 por ciento del
rendimiento económico, los italianos no pueden continuar siempre así",
opina. Italia debe hacer sus deberes, explica Windels.
El periodista francés piensa que Italia no debe
ser tratada como Grecia. La tercera economía más grande de la eurozona
representa el 10 por ciento del rendimiento económico en la unión monetaria,
mientras que Grecia solo representa el 1,5 por ciento. "Entonces, si no
podemos resolver la crisis italiana, explotará", augura.
Una idea audaz
Guillaume Duval propone un alivio de la deuda
para Italia. Todo lo que se necesita es que el BCE cancele todos los bonos
estatales italianos que posee. El alemán Torsten Windels opina al respecto:
"Para un economista alemán conservador como yo, esa medida es muy radical.
Tengo que reflexionar sobre el tema”. La palabra "alivio de la deuda”
origina una reacción alérgica en los alemanes, porque para ellos significa que
el dinero alemán se ha evaporado.
¿No sería más fácil para todos si el
aguafiestas, Alemania, abandonara el euro? El economista alemán incluso está de
acuerdo teóricamente con esta tesis. Pero "si Alemania sale del euro,
entonces pueden también olvidarse del euro. Las malas lenguas dicen que el euro
no es más que el marco alemán con un abrigo europeo", dice el francés.
(Mitterand se retorcería en la tumba). La cultura de estabilidad alemana se
tomó como modelo de moneda para el euro. Y si el garante de esta cultura de
estabilidad dejase el barco, los inversores internacionales ya no estarían
dispuestos a comprar los bonos de los países de la eurozona, cree Torsten
Windels.
Una cantidad incalculable
Guillaume Duval no está de acuerdo. Según él,
Francia es el país que ha propiciado la unidad de la UE. "Francia salvó al
euro porque, en la crisis del euro, no redujimos nuestros costes salariales ni
tampoco nuestro gasto público". Como resultado de este "acto
heroico", Francia sigue siendo el único país de la eurozona con un déficit
presupuestario. A los alemanes no se les ocurriría estar orgullosos de algo
así.
Independientemente de cómo funcionen ambos
países, ambos están ahora condenados a trabajar juntos para que el euro sea una
moneda a prueba de crisis. Tanto Francia como Alemania se han puesto
excepcionalmente de acuerdo en que se necesita más presupuesto para la eurozona
y una ofensiva inversionista. Macron exigió 25.000 millones de euros. Merkel no
está de acuerdo con dicha cantidad.
El francés Guillaume Duval cree que dicha
cantidad es muy baja y propone sin pestañear un billón de euros.
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